Pantanos que fluyen, corrientes inertes.

Puntúo mi trayecto,
como un dictado inverso.

El alma es un bolsillo,
en el que no me encuentro,
tan solo hallo lo vivido.

Podría encontrar,
la inmensidad reducida
de todo lo que queda por sacar,
antes de que la saturación,
venga con hoja afilada, espacio doble,
y arial del 12.

Vine para no pensar,
incluso para no sentir.

Pero en medio del camino,
encontré un hueco,
que por mucho que desee,
no lleno.

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