Barro simpre
para fuera,
no deseo más
de lo que en mi hallo;
barrer para dentro
no es exacto
y menos conciso.
Todo aquí es simpleza
y por eso crea
complicidad exacta.
No hay más que lo que
hace falta,
algo de calor, un poco
de pan, sexo y cerveza.
No barro nunca para dentro,
prefiero hacerlo hacia fuera,
así comparto lo simple,
y con ello me hago complice,
de un universo inestable.
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