Busqué en mi nada,
vacío inexpugnable
de una vida deleznable
que sobrevivió azarosa,
a la noche de la bebida
y la entrega.
Muertos los bambús,
asesinadas las hojas,
recorrí con sigilo,
mis pasos muertos.
Me masturbé
con todo eso.
Acaecía como la tarde,
delegado a traer la noche.
Viví en lugares peores,
bebí con personas peores,
Miré en espejos cosas peores.
Yo,
yo,
egoyo,
vacío
como el papel blanco.
Arranqué la primera letra,
hasta ahora violada
por el fracaso.
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