Me parece que despierto
demasiado pronto de mis sueños.
Sobresaltado en medio de la calle
a las dos de la tarde, sudando y jadeante.
Casi nunca llego a lo que consigo,
es como si al tenerlo, me quedara corto.
No es ambición,
es un perder ante la vida
del significante camino.
Puede ser que sea algo descomunal,
pero al final, es una humareda,
una especie de: me da igual todo,
aunque todo, sea al final lo que deseo.
¿Lo entiendes?
Porque yo no, mas no lo deseo
vaya ser que lo logre y me arrepienta
de estos versos.
Delirios de grandeza, poeta...
ResponderEliminarMe encanta, como siempre, aunque no siempre lo diga.
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