Aúlla mi entraña
como el lobo
en noche cerrada,
que reclamando
su presa
sueña saciar
su alma.
Desgrano tu carne
con poemas,
para desmembrar
con mi pluma
tu feto de ignorancia.
llora tu piel bajo mis dientes,
cuando el verso te desgaja
en mil trozos, llagando
el maldito sin saber
usado de tu lectura
Duerme
con el libro abierto
volcado, sobre
tu deforme cara;
jacta tu sapiencia,
que de ignorancia
tu espíritu llora,
en sombras
de Santa Compaña.
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