tan llenas de todo.
Las vidas,
tan llenas de ausencias.
Todo en todo,
cabe en nada.
El tiempo se resbala
y suena como una acordeón
ciega, borracha, sonriente
mellada y llorona.
Las ausencias
en todos sitios,
en cualquier lugar.
Son como la luna,
alumbran tenue
la noche del que las sufre.
Llenan el vacío con su vida
de gato negro.
Son mimosas y te embriagan
hasta el punto de hacerte
ser único en ellas...
casi llegas a estar acompañado,
sino es por su media vida de vacío
que allana la tuya para llevársela.
Las ausencias...
lo matan todo con vacío.
Lo bueno,
lo malo,
menos su estado:
regular del todo.
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