Sueños de niño, vida de adulto

Vivo como adulto,
sueño como niño,
corro como anciano
pienso como viejo.

A veces los sueños
se caen mientras corren
y se raspan las rodillas,
y sangran.
Corren hacia ti
llorando porque cayeron
mientras jugaban en el jardín
de tu esperanza...

Eres viejo,
eres maduro,
eres joven,
eres niño...

Te pierdes siendo adulto
y te encuentras enfurruñado,
mientras tu boca
manca e ilusa,
hace pucheros
mientras te atragantas
con tu saliva...

Sabes que sales,
que luego continuas,
pero antes,
curas las rodillas,
para que ellos jueguen,
mientras les robas minutos
a la muerte para dárselos
a los sueños.

Nacimiento.

A mi no me gusta estar nacido,
prefiero decir que estoy desenterrado.

Yo no vengo de un vientre rasgado
ni de una semilla que se nutre del fruto,
no,
vengo de la tierra negra que acosa
a los vivos para ahuyentar su ilusión.

Prefiero no estar nacido,
sino desenterrado,
para sentirme más muerto que vivo,
en este mundo de incienso pútrido
que obliga a no ser
cuando se quiere estar.

Yo no vengo de la vida para la vida
yo vengo del sufrimiento
para estar comido y muerto.

Yo vengo nacido,
vengo alegre en procesión
con cirios y bufones
que cantan mi sonrisa
permanente,
de tumba negra.

Mi vientre
es un huevo sanguinolento
la vida
una eclosión de incertidumbre
que viaja por los estómagos
describiendo espirales
de muerte ordinaria.

Apostando

Juego,
me entretengo,
meto los dedos
en cada agujero.

La noche me cubre,
es cómplice.

Juego
es la tentación de la mala
suerte,
es su lotería, su apuesta
para negarse en vida.

La mala suerte,
se inclina y canta.
donde la vida
se confunde
con la historia.

Lo hemos tenido.
Lo hemos perdido.

juegas bien dios estúpido,
mala suerte sobre todos.

En equilibrio de la noche

Me consulto extrañezas
que no me pertenecen,
miserias del camino
que recojo como migas de pan mohoso.

En esta extrañeza de miseria,
en la vida resentida de la palabra,
como una infelicidad marchita
y dolorida,
donde el mundo se consulta
en el equilibrio de la noche,
que vence la respuesta,
a la parte
oscura del sueño.

Para qué esto?
Para qué aquello?

¡¡¡Migas de pan mohoso!!!...

Para qué los contenedores?
Para qué las bolsas de basura?
Para qué los coches?
Para qué las sillas?
Para qué la calma?

Me rebozo en esta consulta
que me toca, acariciando
mis parpados sanguinolentos,
en esa especie de extrañeza
intensa,

Para qué el sumidero?
Para qué el vino?
Para qué el fuego?
Para qué el dolor?...
Para qué la risa?.

Qué se busca?
Qué se encuentra?

Camino por la búsqueda
de la respuesta
a lo que no encuentro,
como un borracho
visionario de la muerte lenta...

Para qué el pelo?
Para qué la piel?
Para qué la arruga de la sombra?
Para qué el ojo atravesado por agujas?
Para qué, el para qué?

Consulto esto en medio
del equilibrio de la noche,
donde el sueño es una serpiente
que repta por la pregunta,
cortando su panza,
con hoja de luna negra
enrobinada,
sin hallar
la respuesta.

mientras dubitativo
lanzo al aire:
Para que todo?
Para que nada?

Cremalleras de fuego (El reencuentro con Frank el Tuerto)

Sabes Frank?- le dije al tuerto.

Cuando estoy por ahí caminando,
fingiendo ser lo que no soy,
a veces se me abren las carnes
como si fueran cremalleras
de fuego.

Aha...- asintió Frank.

Es como si todo lo que veo
fuera mío, imagino que la propiedad
es algo que no pertenece al hombre,
se deja deslizar por entre nuestra vida
colándose hasta empapar el alma
de codicia...

Aha...- volvió a asentir el viejo tuerto.

Me resuelta extraño no ser quien soy
Sabes Frank...-

Aha...- volvió a repetir Frank.

Que pasa viejo tuerto...
no vas a decirme nada más que:
Aha!! en toda la noche?.

Cooper como llegaste a la taberna hoy?

Siguiendo el humo Frank,
Siguiendo el humo....
Por?- pregunté

Sigue el humo Cooper,
no es más que el reflejo
del alma en vida
y lo que consume
el cuerpo.
Sea lo que sea
ardemos para vivir,
somos materia humeante...
de lo demás deja
que tu propia consciencia
haga su trabajo de noche
doliente.

Por cierto Cooper...
bienvenido de nuevo
te echaba de menos.- me dijo el tuerto

Y Coralmazón?- no está?- pregunté.

Ahora que ya has llegado,
no creo que tarde
en dejarse caer...
no somos nada ninguno
de los tres,
sin los tres mismos.

Frank abrió una botella
de hada morada...
puso tres vasos encima
de la barra...
sirvió dos,
y esperamos a Coralmazón.

Forma de sufrimiento

Por mil veces me lo repito
gritandomelo al oído

Pero me hago el sordo,
prefiero seguir
en esta inconsciencia
de la poesía.

Vivir como un ermitaño
del verso...
se está bien en este mundo

No hace falta más que dejar
que tus manos trasformen
esto en palabras.

Escribir poemas...
en noches como esta,
en días como mañana,
en atardeceres,
como el de anoche

Todos los anocheceres
se pasean por tu interior.

Bebo del santo,
bebo del sabio,
Me trasformo
en ambos
como un engendro
del vino.

Escribir,
dar forma al sufrimiento
mientras disfrutas.

Monologo de la ausencia.

Las ausencias
tan llenas de todo.

Las vidas,
tan llenas de ausencias.

Todo en todo,
cabe en nada.

El tiempo se resbala
y suena como una acordeón
ciega, borracha, sonriente
mellada y llorona.

Las ausencias
en todos sitios,
en cualquier lugar.

Son como la luna,
alumbran tenue
la noche del que las sufre.

Llenan el vacío con su vida
de gato negro.
Son mimosas y te embriagan
hasta el punto de hacerte
ser único en ellas...
casi llegas a estar acompañado,
sino es por su media vida de vacío
que allana la tuya para llevársela.

Las ausencias...
lo matan todo con vacío.

Lo bueno,
lo malo,
menos su estado:
regular del todo.