Estábamos sentados en la barra
bebiendo después de un entierro.
él, rompió a llorar
como si le estuvieran
rajando las tripas...
mascullaba entre lágrimas
que le ahogaban las palabras...
en esas situaciones
jamas se lo que decir
bebí un buen rato...
le escuche llorar, quejarse,
no paraba de dar por culo
con la cantinela del moribundo
era como un fado rayado
y entonces le dije:
-Sabes?, el olvido mata más que la muerte
cojonudo,ha salido todo tu fondo,murciano,y muy sincero
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