Pension en Fuencarral

Cuando llegué a Madrid
dormía en una pensión
en la calle Fuencarral.
Llena de moscas, sucia
deprimente;
no existía ni un ápice
de esperanza entre sus paredes,
hablaba de locura, broncas nocturnas,
el suelo de las escaleras
estaba pegajoso, nunca quise saber por qué.
Un día bajé al chino,
compré cerveza,
un cartón de vino y dos sándwiches,
me comí los dos sándwiches,
me bebí tres botes de cerveza,
y medio brick de vino.
De pronto me dieron ganas
de ir al baño y así hice.
Cuando fui a limpiarme
encontré un cartel que decía:
"PARA USAR LOS GRIFOS Y CISTERNAS
COMPRAR FICHAS PARA EL AGUA EN RECEPCIÓN"
Pensé en limpiarme, pero no había con qué...
creo que entendí el significado de la expresión
"estoy a punto de explotar"
Entendí lo pegajoso de las escaleras
y que todo estuviera
lleno de moscas,
pero era incapaz de soportar
que unas fichas para el agua,
pudieran con tatos años de paciencia,
ante tantos fracasos,
antes de llegar a Madrid.

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