Tiro fuerte
de esta palanca
que nubla
mi ardor absurdo.
Cambiante
como el aire,
rolan todas
las banderas
como ausencias otoñales.
Ahora allí,
nos espera la dicha
mientras metemos
bajo tierra
cualquier absurdo
creado a raíz
enajenada.
A lo mejor mañana
comienzan las hazañas...
a lo peor lo dejamos
procrastinar en medio
de nuestros vientres
rajados y negros.
¿Quién verá morir
fetos en los años limpios
venideros?
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