Pasar la noche
que pasé
con las hijas
de Frank
el tuerto
no se lo recomiendo
a nadie.
era un día tranquilo
había pasado
sin sustos ni mayores
sobresaltos
Acabé donde Frank
remandando mi
consciencia
y emborrachandome
con su particular
cerveza
caliente,
sin espuma,
malmarrienta
pero refrescante.
Y.. como en una expolición
de sangre
que sale despedida,
salieron de los baños
dos tipas muy similares
a una mezcla entre
animales de cloaca
y mujeres sedientas,
algo
que jamás había visto
Pronto dijeron:
Padre Frank
danos de beber!!!
Frank el tuerto
se levanto el parche
y me guiñó el ojo
No me dio buena espina,
se me acercaron como reptando
sospechando de ellas mismas
Hola nene,
que haces tan solo
quieres compañía?
me dijo la de más edad
Una rubia con la misma
tuertez que su padre
y con unos dientes tan amarillos
y costrosos
que parecían las uñas de un
enfermo de difteria
Al acercarse
su aliento mortecino
me hipnotizó
La sensación fue
como un azote al
cerebro
un hedor
ácido
y putrefacto
Agarróme del cuello,
besóme en la boca,
y trasladó mi consciencia
a la entrepierna de su hermana,
una morena con más bigote
que una morsa
que pronto me explicó que debía ponerse
las bragas de revés porque
la felpa le hacía velcro
con su vulva costrosa.
La morena era más pequeña
harapienta y muchísimo
más repugnante.
Bebían un licor blancuzco
que les ponía su padre
mientras este
se frotaba la calva
deseando que desaparecieran
Me agarraron
y me obligaron
a bailar la música
que Frank ponía.
ellas, sus hediondos cuerpos
la nube verde creada por la peste
y yo...
Era extraño
nadie entraba
a la taberna que me
librara de aquello
Las dos brujas
me tenían
hipnotizado
con los hedores
de sus cuerpos...
no lo soportaba
pero me encantaba
era una peste
que me embriagaba
cada vez más
Me sentía como el Ulises
de la basura
y ellas mi sirenas putridas
Tras una larga noche
de bailes
y aullidos
de las hijas de Frank
Acabaron por llevarme
al cuarto de baño
y desnudarme
La mayor me miraba
mientras
se desnudaba.
La pequeña tardaba
más en quitársela
porque llevaba
la ropa pegada al cuerpo
de tanta roña
-Tranquilízate
solo queremos tus fluidos-dijo la morena
Me exprimieron
al son de viejas canciones
de mar que ellas cantaban,
algo que extrañamente
lo hacían de manera angelical.
Acabé tirado en el suelo,
al rato desperté
era como si hubiese tenido
un sueño.
Me acerqué hasta la barra.
Frank, una cerveza.
Joder que hijas tienes
me ha encantado conocerlas!!
Frank me devolvió
la cartera que hábilmente
me habían quitado
y me dijo:
Aparte de robarte,
te han quitado toda la energía,
A mis hijas las engendré
con una bruja de mar
Cómo??!!
Sí, te hacen creer
que nada ocurre
pero te quitan todo...
o es que no me ves??
Entonces...
Me han quitado las tarjetas
y el dinero?
Sí, todo lo que no necesitas-
dijo Frank.
Pero...-dije dubitativo
Nada chaval
un par de años
cansado,
porque lo del baño
es para cargarse de energía
y volver a su entorno!!
Cuál?-pregunté
El de las harapientas
lugar que no existe...
pero es.
Qué hacen con las tarjetas
y el dinero?
Lo hacen desaparecer!!
Oh...
que tenga
que darme cuenta
de lo superfluo
por dos harapientas..
las que menos necesitan!!
cerveza, Frank por favor.