Egoyó

Pedro
trabaja en una gran
empresa.
lleva una vida ordenada,
casi no habla y es justo
ó trata de serlo.
No tiene amigos,
es aburrido,
y su mujer le dejó
por otro.

Una mañana
llevando a sus
hijos al colegio
notó una especie
de picor,
de escozor
en el dorso
de su mano.

se rascaba,
pero no le daba importancia.
llegó a la oficina
cumplió con sus
obligaciones
y tras una jornada
de picores y escozores
decidió ir al medico.
conforme
se acercaba a la consulta,
le remitía el picor
el escozor,
se extrañó...
una vez en la consulta
el medico le dijo
que no veía nada extraño...

Pedro volvió a su casa,
esa tarde ya no le tocaban niños
su madre se los llevo a otra ciudad,
estaba solo...
el picor le volvió,
el escozor aumentaba

durante todo el camino
se rascaba...
cada vez más fuerte.

Unos días después
cuando se levantó
por la mañana
se miró...
ya no le picaba
pero había un pequeño
agujero...
lo palpó
y no escocía,
no daba ninguna sensación
de dolor,
hurgó con su dedo
índice
pudiendo introducir
casi hasta la mitad...

la sensación
de tocarse por dentro
le cautivó...
y cada cierto rato
volvía a hacerlo
se había convertido
en su pasatiempo,
se vendó la mano,
fue a trabajar,
y cuando volvió
a casa se abrió
una lata de cerveza
se quitó la venda,
y volvió a introducir
su dedo

AAAHH!!!
que sensación tan placentera-

de tanto hurgarse,
ya le entraba la mano
hubo un momento
en el cual pudo
tirar de la piel
y sentir
que era como
un envoltorio plástico
de goma...
se estriaba tanto
que podía meter la cabeza.

Lo hizo...
metió su cabeza
hasta adentro,
la sensación
era de estar
en una bolsa de goma
que se entallaba
a su cara,
a toda su cabeza
era resbaladizo
ahí dentro...
era gelatinoso...
y se veía
con nitidez
las venas, los músculos
los tendones...
pero tenía una especie
de sendero...
Sacó la cabeza
sin ningún sentimiento
de asfixia ó angustia
era como si se hubiese
descubierto
de manera insólita.
el corazón le palpitaba
a mil por hora
y no se lo podía creer.

Forzó un poco más
la piel
y como no sentía molestia
metió de nuevo la cabeza,
esta vez pasó los hombros
y siguió hasta la cintura....

DENTRO DE MÍ...
DONDE NADA ME ATRAPA...
EN MI MUNDO SIN EGOÍSMOS...
EN MI NÚCLEO DE IMAGINACIÓN...

Salió, se bebió la cerveza,
llamó a sus hijos...
miró a su alrededor...
se despidió...
con una mirada de no querer
recordar...
metió la cabeza, luego los hombros
hasta que al final introdujo los pies

Estaba dentro,
caminó por su interior
como un leucocito borracho
como un germen lisergico...
sorprendido de verse en realidad,
sangre, nervios, tendones...
decisiones, fracasos, errores.

Tras un largo paseo
fue hasta su cerebro,
arrancó un trozo.
se dirigió al corazón
se recostó
apoyando la cabeza
en el trozo de cerebro
y durmió descansando
de lo demás
en su mundo
de egoyó.

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