Según entras a la derecha
en el parque
de Isabel Perón
en Madrid,
hay un banco
de madera
viejo y verde.
Esa fue mi cama
durante cuatro noches
era duro e incomodo
pero me daba sensación
de seguridad,
las pocas noches
que en el dormí
supe lo que era el frío,
y por las mañanas
los que allí dormíamos
meábamos en la fuente
para calentarla y que saliera
un hilo de agua
igual de fría
que sus muertos.
Fue mi motor de madera
el comienzo de mi
tropelía...
no creí salir nunca
de sus rígidos tablones.
Recientemente fui a visitarlo
para saber que seguía allí
me senté, acaricié sus remaches
igual de fríos que siempre
mas oxidados, más castigado.
-Lo peor que me puede pasar
es acabar aquí de nuevo
pensé...-
La ropa en mochilas,
La vida en bolsas,
La ilusión desperdigada
mientras la picoteaban las
palomas
Los nudillos, tan helados
como los remaches,
Las manos temblorosas
La mente en blanco
La muerte una manta a cuadros.
Recientemente
fui a visitar
lo que fue mi hogar:
Un cielo de hielo
Un parque contaminado
Y las palomas me miraban
con hambre, esperando
alguna migaja de esperanza
que llevarse al buche.
Fui Bankero
en cierta ocasión
que prestó ilusión
a un mundo desgraciado.
alucinante!!!!!
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