Reclamo mi desastre
como movimiento único
de la política de mis noches.
Tenerlo todo desordenado,
que esté todo revuelto,
tenerte siempre patas arriba.
Cabeza,
sentimientos,
y sexo.
Reservo
todo este revuelo
para tropezar
siempre contra el suelo;
lo que siempre vi cabizbajo...
ahora es mi cielo.
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