No hay nada como el dolor
para renacer en tus propios odios.
Cada uno sabe por lo que huir.
Lo sabes y no lo reconoces.
Descansa la desesperación en tu encuentro.
Son muchas decisiones,
para no desaparecer.
Odio profundamente
esa herencia indirecta.
El año no es concluso hasta el amor.
Nunca se guarda a uno mismo,
en el camino trazado.
Tengo el suelo de casa
lleno de juguetes rotos.
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