Nos arrancan,
yacemos lánguidamente
en un prado tranquilo.
Nos arrancan
para que la savia
chorreé por nuestras
extremidades
desmembradas,
tal es, esta belleza
desangrante,
que no se cansan
y siguen
y
nos arrancan...
Palidecemos,
marchitas nuestras
almas
se tienden al sol
para volver
sobre el recuerdo,
Nos portan
manos huesudas
de uñas kilométricas,
creen olernos,
pero no se hacen
con nuestro aroma
de vida escondida.
Nos arrancan,
pero navegamos
Nos arrancan,
pero nos reconocemos;
somos más de un millón
los que estamos arrancados,
nos gusta identificarnos,
dejamos caer nuestras hojas
dejando un rastro para saber;
arrancados,
a donde vamos....
Lejos
alguien llora
arrancado,
lo identificamos,
mete sus lagrimas
en un bote
y tintinea esas
lagrimas:
En medio de la tormenta.
Nuestra sangre es nuestra savia,
Nuestro sol, lagrimas
que tiritan
en medio de la tempestad.
Una maravilla... SOY una arrancada
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