Miro al frente y pienso
que todo está pro crear.
Las decisiones buenas,
los buenos augurios,
las esperanzas,
los apegos sin ansiedad...
hasta los hombre buenos.
Si miro a cualquier lado
siento vergüenza de mi mismo
creo que quizá las horas malas
no están por llegar,
sino que están aquí,
sentadas en el mismo
sofá en el que mi ansiedad
y mi nostalgia
cuecen a fuego lento mis
angustias.
Esas angustias que en forma de voces
no cesan de hablarme
para que todo lo malo
del mundo pueda
calmarlo con un poco de saliva
tragada, y una sonrisa dibujada
en la piedra del camino.
Últimamente la raza humana
sujeta mucho el corazón en volandas
en puesto de llevarlo dentro y compartirlo.
A cualquier lado que miro, no veo nada bueno
por eso como en la canción,
llevo siempre una tiza para dibujar un corazón
con una sonrisa a esa extraña sensación
que llamamos esperanza.