Plantar un futuro
en medio de un óbice
lleno de descaro.
Lo recurrente
como salpicadura
de un veneno inoculado
por la parálisis.
A veces
el tacto
se deshace
con el sudor
del sueño.
En favor de la locura y para no caer en rutinas de asedio apático.
Plantar un futuro
en medio de un óbice
lleno de descaro.
Lo recurrente
como salpicadura
de un veneno inoculado
por la parálisis.
A veces
el tacto
se deshace
con el sudor
del sueño.
No lo dudes.
Aún se arrastra el corazón
por sanatorios mentales,
deseando hallar
la cordura que jamás tuvo.