y sigo queriendo escribir
más poemas.
Tengo encima de la mesa
el portátil,
la pantalla brilla
como un cielo inútil.
el cuaderno abierto,
el bolígrafo encima,
las latas de cerveza vacías,
ellas han hecho su trabajo.
Ya pienso que no me sale,
no hay de donde sacar,
el arbitro ejecuta
la cuenta atrás...
nueve,
ocho,
siete,
seis...
el momento de dormir llega,
soñar no será cosa mía,
cuando lo hago dormido
sueño incluso lo que no quiero.
Solo sueño deseando lo que quiero
cuando estoy despierto.
Y mientras pienso que no me sale
el sentimiento de cansancio,
me encierra en este poema
para morir brevemente
mientras sueño, soñando,
que vivo despierto
deseando lo que no sueño.