Mantas en una carpeta olvidada.

Plantar un futuro
en medio de un óbice
lleno de descaro.

Lo recurrente
como salpicadura
de un veneno inoculado
por la parálisis.

A veces
el tacto
se deshace
con el sudor
del sueño.

Por mi, y por todos mis compañeros.

Dentro de una voz rota
siempre escucho lo mismo:

taxi, taxi.

Parece que siempre comanda
la misma intención
en lo incensurable,
cuando es una reposición
vivir, dentro de la rotura.

Escala por los pechos rosados
de la innombrable...
alpinismo de la duda,
viaje a un continente
que no existe en este mundo...
la escritura me subyuga
porque jamás la comprendo
como algo dentro de una partitura.

Malditos analistas.
Os da pavor acabar
expuestos, dentro
de vuestras ideas matemáticas,
como el fiambre del supermercado.

¡¡Taxi!!

siga a cualquier poeta.


Piedras contra mi pecho.

Amargo el tiempo
lo que nos alienta aún
son esos besos.

+++++++

Mira por la ventana,
el cielo es el mismo de ayer
y de mañana.

+++++++

Es posible
que en el futuro
sea realidad.

+++++++

Ahora es tiempo
de medir tempo;
así todo funciona.

Reconciliaciones con los pies colgando al abismo de la tarde.

Cuando lo más parecido
a una persona
es un frigorífico,

acudo al poema,
lo leo,
dejo que destroce
cualquier fundamento
creado.

Dejo que me humanice,
que me golpee,
que haga de mi un pelele.

Me mojo, lo rompo...
tengo el mejor de los sexos.

La experiencia del desasosiego y el arrepentimiento.

Es extraña la certeza,
conocer el fracaso
y reconciliarte
con él: una y otra vez.

Quizá, quizás,
algún día,
todo cambie,
y sea a mejor.

Como el payaso
de circo,
que fuma a escondidas
y mira en sus horas
libres a la infancia perdida;
así es la reconciliación humana,
encajar el fracaso
mientras da la espalda
a la inocencia:

Quizá por miedo a la verdad,
quizás por todo lo demás.

Sin deseo para llegar al ego.

Porque todas las despedidas
aclaman la verdad de lo incesante,
jamás me veréis quejarme
del dolor que acucio.

Eso sí, barbaries a mi ego
daré siempre bienvenida
moral,
más que nada,
para que la situación
de lo aclamado,
pueda ser un olvido
que jamás nos cueste
lo que en su momento
nos odió por vitalistas.

Así de esta forma sin calificativo,
deambularé por medio de lo heredado
como un imaginario sin perspectiva.

Revelación a una intriga.

No lo dudes.

Aún se arrastra el corazón
por sanatorios mentales,
deseando hallar
la cordura que jamás tuvo.

Puentes entre lo que no poseemos de nosotros mismos.

Tengo entendido
lo explicado
por la sangre,
en medio de la inmunidad
inimaginable.

El asunto de lo tramado,
con la estirpe pactada,
es un pasatiempo
que no lleva a nada
concreto.

Tenemos que cocer
los alimentos
de nuestra sonrisa
ininteligible,
sobre todo
por los legajos
que no comprendemos
cuando al leer,
nos exprimimos
en medio de una mañana
que jamás conoceremos.

Por esto y solo esto,
seremos siempre
una estirpe que no cuaja
lo que entre en sus reflexiones
elabora como digno.






A solas cuando me fustigo.

A todo esto,
mientras la vida
corre, y no en balde,
descamiso mis padecimientos
para que el frío
baje el calor que provoca
algún que otro sentimiento
de soledad,
que arranca sin querer
de mis entrañas,
imaginerías torcidas
como ramas de acacias.