Lenguaje amarillo, cuentos rellenos de largas madrugadas.

Practicarte el arañazo
como sistema,
de cohesión territorial.

Nada va a liberarte,
del castigo
dictado por el sueño
que muere en pequeñas
dosis.

Tan sólo
tu decisión,
alejará la guerra.

Tienes una sonrisa
tan infinita,
que su nombre es:
eviterna.

Ahora suicido
mis horas,
acurrucado en tus brazos.

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