Tardes como ovillos, melancolía que dispara a bocajarro.

Me disparo,
en medio de esta
luvia abatida.

Estamos interrumpidos
dando luz constante,
ora blanca, ora amarilla.

Vivimos encendidos,
solo el vago recuerdo,
de alguien,
volverá a encendernos
después de muertos.

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