Religión violada, mieles desgarradas.

Arrugo nubes,
con el parpadeo
ácido de mi estancia;

Inquieto, cansado...
reflexivo:
ya no pienso en mi,
y tampoco en el camino.

Olvidé y sufrí,
como ahora siento
la verdad del infiel
que muere, ahora,
impotente; en medio
de la voz.

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