Fruta caída del árbol, pasos como parpadeo hacia la ignorancia de lo aprendido.

Papel blanco,
tintero vacío.

Cerebro seco al calor,
del doloroso espejo.

La verdad es peinarte
con un cepillo ardiendo.

Vivir con las flores
en la mano,
es saber que ya están muertas.

Eterno viaje a la experiencia
asombrosa del dolor.

Sólo aprendes,
si la sal la echas en la herida
y no en la ensalada.

Mastico la carne cruda,
me retuerzo en mi pecho,
ahora pesco con mi veneno,
el corazón que echo de menos.

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