Escuchando el crujir de las ruedas.

Castillos de arena,
princesas de cuento,
mascaras de estaño.

Todos los sueños
están ebrios,
trementina y farlopa,
las calles desahuciadas
de nombres,
los hombres
llorando por las esquinas.

Todos los aullidos
caben en un tercio
de cerveza.

Calles sudadas.

Los pasos
como parpadeos
de un cocainómano,
dibujan la soledad
que se escurre por
las horas escondidas.

Contando estrellas, adormecido en un lecho.

Tengo todas las llaves,
las del río,
las del rito,
las del cambio.

Sólo tú lo sabes,
puedes sentarte
mas no amaestrarte.

Tengo todas las llaves,
nada tiene puertas
nada es una jaula,
pero te retuerces y ardes.

Pides socorro, y encuentras solo una palabra.

Cuando correr
es un verbo inmóvil,
te emborrachas
mientras matas
los insectos
que revolotean
alrededor
de los astros
inimaginables
que circundan
el pecho
con
el
que
r
e
s
p
i
r
a
s.

Asfixiante en el rito
de tu espanto,
encuentra la cura banal
a tus miedos,
mata al cuervo que aún no vuela.

No escribas poemas,
es peor que la ouija.

Abrázame ahora que no soy nadie, dentro de media hora estaré blanco como la pared de tu espanto.

Tengo claro,
que morir;
es beber cerveza
y no saber la hora que es.

El sol hace más daño,
que las lunas llenas.

Llenarme de lunas,
es como amasar pan
en una fragua de esperanza.

Lléname de lunas:
tu vagina es oscura,
las madres son claras,
por eso mi sombra es alargada
como una noche que azota al día.

Adoro la imagen maternal,
lamento mi conjugación
como amante.

Duermo con las manos entreletradas.

Vamos a morir todos,
vivamos como únicos.

Unicornio borracho,
el Proyecto Hombre,
se equivocó de sexo.

Muérete Adan,
eres la escoria de la historia.

Si me amaras tres veces, la intensidad sería cien años por micro-sonido.

Culpable de verano,
el calor místico
es renacer entre sus dedos.

Mientras ocurren las estaciones,
y el frío y el calor juegan
con las temperaturas;
bajo tus bragas,
ocurren todos los huracanes.

Amor: mi lefa,
mi leche,
mi esperma,
mi semen...
es el tsunami que tanto temes.

He visto como tragas el sorbo
de café,
o de vino,
incluso la ensalada pasada de vinagre;
los parques acuáticos,
disfrazan leones de tigres albinos.

Mi espuma es la vida de tu sistema
linfático.


Cacareo de gallo ronco.

Vivir es romperte
los bolsillos del pantalón,
para masturbarte en público.

Enjaulando las uñas comidas.

Mientras me escribo,
te mato.

Es como darle de comer a un hamster.

Disfrutas en lo mínimo
de la tragedia,
porque vivir es un hallazgo
entre las piedras.

Entrega de la carta, que andaba perdida veinte años.

Siempre quise escribir
artículos,
mas los adjetivos
me golpeaban.

Ser el malo del colegio,
no es ser el abusón.

Resolución del drama.

Todo esto,
a lo que te acostumbras;
es una mentira tramada.

Procura que tu final,
sea, no lo que luchas
por conseguir,
sino, disfrutar
lo que has logrado.

El vino es un susurro
que acaba en resaca.

Anagnorisis y peripecia II

No podrás leer esto,
dentro de cien años.

Si vienes a la tierra a que todo salga como deseas, has muerto antes de llegar en la sangre que tu madre derrama al parirte.

La extensión de la lectura,
es una ignorancia
del absolutismo, e incomprendido
viaje: al introito de venus.

Rebusco en mis bolsillos, la necesidad de viajar.

Fehaciente,
inherecia,
machaca en el mortero
la vergüenza ajena.

Una voz ronca me insta a ser juez
de una muerte, parida por la vagina
en la que mi sangre se trasformó
en imágenes cubistas.

El tiempo es arena en el prepucio.

Planchando las arrugas de la edad.

Esta es la entrega al olvido,
ya no me acuerdo de nada,
tan solo de ti,
esa que revolotea como una mosca
alrededor de un cadáver,
llevado a la putrefacción
del poema.

Aullidos que hacen eco, en una taza de café con cerveza.

Cambia el viento
con la voz ajena,
eres el ticket roto
del viaje.

+++++

En el bode de tu vaso,
han parido muchas mujeres,
su harapiento óvulo sangriento.

Jamás serás padre,
porque te cercenaron
la vida en el equinoccio
de tu invierno.

Sorbe con pajilla,
el fracaso de tu inherencia,
esa que no soportas.

+++++

Vomito haikus
en el noche abyecta,
madrugar es morir.

++++

Ya no existe la música
menor de los acordes llorones,
ahora hay que ser fuerte.

++++

Si escribo todo esta noche,
mañana estaré suicidado
por mis conjunciones,
matado por la belleza
de la ausencia,
la estética de esto;
no la contempló
Calvino.

+++++

Van-Goh,
me quedan dos orejas,
pero solo un testículo.

Se quema el desayuno mientras hablas por teléfono.

Salto sobre el fuego,
sutil sable de la mentira
proyectada.

Al candor del aullido,
doman la manta,
de una mesa camilla.

Yo no quiero más que morir,
después ya se verá,
porque para lo hay que ver,
mejor quedarse cojo
de la mirada, de los ojos,
mejor arrastrar arena,
para trazar un sendero,
hasta las aguas profundas.

Inversión de los estados. La muerte es una caja de cerillas.

Morir a contrarreloj,
sé que exprimo la parca
como una naranja borde.

Me bebo el zumo amargo,
en cada desayuno.

Desayuno a las siete de la tarde,
mientras, me debato entre lo acaecido
y la conjetura.

Ahora muero a contrarreloj,
dejando que florezca la vida
escondida por tus esquinas,
para morir sin tiempo
con todo esto,
en medio de esto,
que al final será recordado
como un leve aquello.

Fruta caída del árbol, pasos como parpadeo hacia la ignorancia de lo aprendido.

Papel blanco,
tintero vacío.

Cerebro seco al calor,
del doloroso espejo.

La verdad es peinarte
con un cepillo ardiendo.

Vivir con las flores
en la mano,
es saber que ya están muertas.

Eterno viaje a la experiencia
asombrosa del dolor.

Sólo aprendes,
si la sal la echas en la herida
y no en la ensalada.

Mastico la carne cruda,
me retuerzo en mi pecho,
ahora pesco con mi veneno,
el corazón que echo de menos.

Velas submarinas.

Refloté mi yo,
sin aire, ni esperanzas,
refloté en medio de una
sala absurda,
sin televisión ni aseos.

Anduve erróneo
con maderas de balsa.

Reflotar es bello,
hundes tu ego en un mar
de angustia y sales a respirar
sin ayuda.

El oxigeno se vuelve
abrazo.

Recuerda, reflota.

Hundirse no es malo,
si en vez de pensar
que eres peso muerto,
te disfrazas de submarino.

Navegar hundido,
es ungir vida al pecho.

Descansa la amapola, en los brazos del sueño.

La luna mira
infectada de ojos,
un gato negro.

+++++

Hay una muerte
parada en el pasillo,
noche inquieta
de pasos alocados.
No habrá jarras de vino
para los ancianos.

Viajo a Urano, saltando como un niño.

Hay luces que no avisan,
así, hay unas cuantas
que nos visitan cuando menos esperas.

Hay olimpos que sueltan
a sus dioses, para que bebas
con ellos, una cerveza a solas.

Así es como se salva uno
de vez en cuando.
Me abandono a lo divino,
para caer con fuerza
al dolor de la tierra.

El drama es una vida
intensa.

Arrancando cactus con las manos quemadas.

No busco barro,
sí, belleza en el fondo
del agua sucia.

++++

Compré gerveras,
calor en el viaje,
llegaron muertas.

++++

Vivir sin destino,
causa de dolor ciego
hasta la muerte.

Explotándome la primera espinilla, paso la maquina de afeitar para sesgar la crítica.

Tenía que decirlo ahora,
me lo preguntan a menudo,
¿por qué te dedicas a la escritura?
muero de miedo por lo que contesto:

Escribo porque oigo voces,
siempre han estado conmigo,
nunca me abandonaron,
quizá en alguna ocasión,
pero solo a veces.

De niño tenía un perro imaginario,
era un San Bernardo y se llamaba
Boris.
Se me perdía de vez en cuando,
y las mujeres mayores me ayudaban
a buscarlo;
pedía al carnicero patas de pollo,
y Boris, se las comía.

Andaba loco todo el barrio con mi imaginación,
...¡tan real para mi!.
¡Tan poco solo me sentía
gracias a ella!.

Después los ladridos se convirtieron
en voces, y las voces tomaron
forma, por eso hablaba a solas
para unos, y en compañía para mi solo.

Ocasionalmente sigo hablando solo,
muy a menudo;
es la manera de seguir con ellos,
no decepcionar a los que están
conmigo.

Cualquier lugar es bueno,
siempre estoy absorto,
vuelvo de esas visitas
robado de alma,
con la tristeza tan desarrollada,
que puedo enredar mis dedos
entre sus cabellos.

No es que sea un loco,
ni un tarado,
ni un pirado,
solamente,
estoy más acompañado que vosotros.

Enfermé de niño, y ahora me curo con tu sexo húmedo.

Deslizo a menudo,
mi muerte entre tus dedos.

Callada, sientes mi pene
que palpita debajo de mis pantalones.

A veces me corro,
sin tocarme, sin que me toques.

Camino empapado
por toda la ciudad,
manchado.

El cáncer me dejó estéril,
pero ahora mi lefa
es como el pastel que no engorda.

Mi esperma es la sacarina
de los bares,
los gritos de nuestras paredes,
la espuma de nuestra cerveza.

Sabes que me masturbo
como un perro,
ando todo el día sucio.

Tú, responsable de mis actos,
tú, imaginario de mis bosques.

Cuestiones a una pregunta.

A veces miro por donde miras tú,
no sé si tu miras lo que yo miro,
pero mirar no es observar.

Quiero mirar como tú miras;
pero a veces, no siempre.

Es una cuestión práctica,
pragmática de lo absurdo,
desear algo que haces
pero no desear realizarlo.

No sé si me explico,
o quizás es que no me entiendes,
porque no saber ponerte las palabras
que digo en tu boca,
no es error, es argumento
de solución.

Planteo una ecuación:

En ocasiones en cuestión de beso,
idealizar lo hecho.

Caries espaciales.

Es lento el paso del sol.

Sus tetas viven bajo el suelo lunar.

Cuento a escondidas los días,
bajo el calor,
ante el caminar.

Sideral es el espacio virtual,
de su vagina.

Sus óvulos son de mercurio
                                                   y sangre, y saliva.


Me gusta pasar el dedo por las paredes
cuando ando por las calles,
la rugosidad me entrena para encontrarla:

bajo la luna,
bajo el mercurio,
ante la senda,
desde la pérdida.

                                            Esto lo rompo para no tener
                                                                                       que dar explicaciones
                                             acerca de lo pactado con ella.

El amor es como el humor sardónico,
en ocasiones no nace de dentro.

Suicidio entre una rapsodia amarilla.

Saber lo que eres
antes de matarte.
Saber amarte
después de amarme.

Listón alto de confusión.

Imaginación archivada
entre folios negros,
bajo tinta ebria,
junto al beso enterrado
debajo de tus óvulos.

Amando lo inenarrable.

Locura en color,
es cuando ella gime
al viento solo.

+++++

Viaje de tigres,
vivir es un periplo
de la extrañeza.

+++++

No vino nadie,
el nenúfar se ahoga.
Sangre en el lago.

+++++

Mamo su flujo,
vagina, alimento vital
de este desesperado.

Arrancando horas al cuadro de Saturno, Goya anda aún jodido, por la soledad de su sordera.

Acepto mi muerte y la unjo contra mi pecho.
Camino como una tostada solitaria,
soy una rebanada de pan seco,
todas las calles aceitosas aclaman mi nombre.

No sé por donde sacar tanto ruido,
el calor me allana y me llena de aburrimiento,
no soporto mi sombra de humor tácito.

Acepto mi muerte en esta vida sin sal,
y la unjo contra mi pecho.

Ahora solo quiero que seas mi vaso lleno,
crucificame sin pecar,
matame contando las pecas de tu espalda,
mientras mi pene plancha las arrugas
de tu vagina.

Devoraré tu cérvix un día de estos.
seré elevado por los dioses, del olimpo.

Tanta gastronomía no la conocen los dioses,
la vida es contar muertes en tus senos.