Corazón gótico, dudas existenciales.

Rodeado de la escasez,                         El bambú es el cielo de los borrachos,
me adentro en mi,                                 no he decidido que hacer con la espada,
evitando la maleza                                espera bajo el árbol,
de mis tripas.                                        llegaré con mi pene suicida, colmado de final
                                                                                   

El tigre se ha suicidado
mirando el lago.                                                 Hay vidas que no llegan al esperpento.


Me atosigan desde la colina,
ahí, hay quejas infundidas y extrañas.

Ya he comenzado mi pulso,
camino solo por la sangre                           Mi vida es una especie de tómbola en la feria.
de los vasos.

Ha llegado la sequía,
vives en el sol ardiente,
pero el vaho de tu ausencia,
me quita la sed;
y puedo continuar sufriendo.

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Anoche soñé que era camarero,                        El amor, se disfraza de espera.
atendía la barra y bebía,
el bar estaba lleno
y ella no estaba.

De aquí allá,
rayando los baños
y esnifando humo
de almas presas.

Camino siempre en pos de la vida                     Olvidé la ropa en casa ajena.
tengo una espalda fuerte,                                  en la cocina sucia.
y una mochila pequeña.

Todo lo que hace sufrir,
me provoca risa,
prefiero hacerlo por lo banal.

++++++++

He bebido del odre avejentado,
y el vino me sabía a caldo agrio.                    Ahora grito y me oyes, pero el dolor no llega.
el camino es demasiado largo
para volver atrás,
prefiero pisar charcos que aún no han llovido.           El bambú es el cielo de los borrachos, no pienses
                                                                                   ahora es mejor callar y errar.


                               Volar es tan fácil como un dolor de cabeza.

Ignorancias y bellezas de lo irremediable.

Veo la muerte como un taxi,
puedo coger muchos al día,
tan sólo uno me llevará al destino
y no será el que más me guste.

Decreciendo en la tristeza.

A veces, todo el sufrimiento
del mundo,
cabe en un trago de ginebra;
en una mirada al frente mientras almuerzas,
solo en un bar de carretera,
mientras abres la puerta de tu casa,
o lees una carta,
o te quedas mirando a los ojos
de quien te habla, sin atender
lo que cuenta.

Entonces casi te asoma la lagrima,
pero la enjugas tragándola...
y continuas,
sigues,
vas,
caminas,
a ese lugar llamado:
Hacia delante,
que es como el Nunca Jamás;
únicamente habita en tu esperanza.

Arpegio de angustia que sube hasta la sonrisa. (Mirando a Lao Tse).

Lo sé,
a un te quiero
se contesta con un te quiero.

Nunca un, yo más, o y yo.

o peor: Yo también.

Y sé que un te amo,
es como si a una puta
le pides un completo,
sin decirle te quiero.

Querer es complicado,
amar a veces es exacerbarse
en uno mismo, por lo que sienten
otros, que sí están queriendo.

He tenido muchas amantes,
y tan sólo una amada.

Con ella, que es la que me salva,
le pongo los cuernos a todas,
porque es la única que por las noches
cuando duerme, me despierto, para llorar
mirándola.

No hay nada que no sepa de mi mismo,
es un terror, conocerme, cuando me descubro.


Me gusta pasar momentos en los que mataría
hasta mi propia vida,
sentir que todo lo tiro por la borda,
ahogar mi respiración con lo que amo,
porque no lo quiero.

Pero he aprendido, a caminar queriendo
lo que amo, para amar y ser amado,
aún cuando soy de lo peor, lo más malo.

Corre, corre, corre
y respira:
Es la hora de pasear al perro
con el batallón de muerte.


Desvelos, insomnios y soledad en si bemol sostenido.

Con la yema de mis dedos,
rozo en ocasiones su pelo
mientras dormita y sueña.

Sacude sus manos y ronronea
como el gato en un barco.

La miro, y me masturbo.
La admiro y contemplo,
la miro y me pregunto
cual será su sueño.

Son las dos y cuarto de la madrugada
estoy salido de órbita,
todo el mundo duerme
más allá de orión,
mientras eyaculo estrellas
iluminando el techo del cuarto,
convirtiendo las yemas de mis dedos,
en un un látigo de fuego.

Parido por cascadas bipolares.

Juego a los dados
con la muerte,
pierdo y gano.

Tristeza y dicha.

Nunca me gustó hacer trampas,
me gusta mirar a los ojos.

Corro por la barra de los bares
como la espuma de la cerveza,
aún no es mi hora,
aunque a veces no sonría.




Conversando con el espejo del ascensor.

Sopla en el mismo aire,
un viento de desesperanza,
crees que avanzas porque sonríes
mas sabes que es un teatrillo lamentable.

A todos dices que estás bien,
mas conoces que por dentro,
eres la fruta podrida del cesto.

Continua con tu farsa,
vende el humo de tu risa,
bebete la saliva de tu bilis
que aún en tu hígado y amarga,
es más dulce que el ente
de tus miserias.

Restos de una suma de desencuentros.

Hay gatos mojados,
y esquinas por las que paso,
vientres que atormento,
perro solitario.

Duermo a veces debajo de los coches,
recorro lugares por donde la desidia
acampa en la puerta,
solicitando amnistía.

Me bebo, cuando voy sin dinero
la sangre que otros no quieren.

Lanzas tu resquicio de oxigeno
al cielo,
te comes las uñas,
maldices y me odias.

Soy inconsciente,
hay muchas partes
de mi razón que no conozco
y moriré
sin encontrarlas,
moriré bebiendomelas.

Soy un borracho de la atonía.

Chocando con los árboles del pasado.

Sé que puedo mejorar,
dejar de ver caras en las paredes,
dejar de ver paredes,
olvidar ciertas caras.

Puedo ir más deprisa,
pero preferí mirar y contar
los postes de luz, en la carretera
cuando de niño viajaba,
en la parte de atrás del coche
de mis padres.

Necesito llamarme
la atención, y estar a punto
de perder, eso que que cuando
lo pierdes, te das cuenta del significado
que tenía para ti.


Hay cosas de estas, que son como un accidente
de tráfico, puedes matar y quedarte por siempre
con la secuela de la culpa, y el culo pegado a la silla.

Hoy he prometido no volver a emborracharme
con la intensidad oscura de la vida,
no ha hecho falta comprar nada...
tan solo ver como sus parpados se arquean
de emoción, cuando la beso.

En el ostracismo del sol y la ansiedad de la luz.

Ya no viajo,
es extraño un alma
sedentaria.

Corro sentado
y sufro como un perro.

Sabes que él viaja
por el dolor, y se regocija,
aunque has olvidado,
que fueron ellos,
ellos mataron y revivieron
para ahora dejarlo sólo.

Cabizbajo es el piélago
de la ignorancia.

Silencio, es momento
de hablar.

Abriendo la boca hacia el cielo, mientras cae la lluvia de su vagina.

Como una tormenta,
es lo que siento en mi cuerpo
cuando hurgo con mis dedos,
es sus agujeros.

Busco el enchufe que ilumine
mis rincones.

Sólo ella, y sus orgasmos
encienden en mi la luz,
para caminar hacia ese horizonte
de esperanza.

Siestas de vigilia, bostezadas de espanto.

Si has venido
a joder, no seas
tonta y quedate
un poco más;
que prefiero
tu jodienda, a estar
tirado a solas
en el sofá.

Quedate hasta el daño
que viene;
serás mi juguete de reyes.

Bebete mi cerveza,
eructa en mi cara
tus risas.

Si has venido a joder...
No seas tonta; quedate
para siempre de una puta
vez.

Interruptor dado, luz apagada.

Amaso un pan,
tan amargo como mi destino,
he levantado todos los tapones
de casa, los del fregadero,
el lavabo, la bañera y el bidet

Observo sentado desde el sofá
como se cuelan hasta el final,
por las cañerías sucias:

La ilusión tramada.

Mejor no contar con alguien.
Mejor contar números y letras,
hasta mejor contar segundos
por la noche, en la cama;
con los ojos abiertos a la angustia
de la luz apagada.

Tengo tantas cosas por hacer,
que es mejor no hacerlas.

Apuñalando fruta.

Es de noche y está oscuro,
la luna abre en mi carne un sendero,
en breve amanecerá, y entornaré
mis ojos, para encontrarte.

Subiendo una montaña, bajando a los infiernos, fustigando mi alma

Casi siempre la miro
callado, fijamente.

Ella siempre se incomoda,
pero desconoce la razón
de mi persistente silencio.

Ella no sabe, que cuando la miro:
la estoy leyendo y la encuentro,
en todos los libros que he devorado.

Despertando al realismo del sueño.

El fogón de la cocina,
es una vagina,
la silla es una vagina,
el sofá es una vagina,
la guitarra es una vagina,
el pantalón es una vagina,
la taza es una vagina,
el césped es una vagina,
la lata de mejillones es una vagina,
y la de chirlas y la de almejas:
también es una vagina.

La lluvia es una vagina,
las nubes son una vagina
con las que juego a buscar formas,
el fusil es una vagina,
el prado de heno es una vagina,
el misterio es una vagina,
la lectura es una vagina,
el poema es una vagina,
es por esto que cuando cierro
los ojos sueño con volver a ella,
siguiendo el rastro de mi inconsciencia.

Desconozco el anacronismo social
del hombre, 
su estúpida ingravidez enaltecida
la siento todos los días,
no hay consciencia de la realidad,
por eso me centro en el poder
de la vida, en el arrepentimiento
de mis actos.

Todo es una vagina salvaje
y
deseosa,
todo menos mi pene
que tiene forma de barco,
el cual me lleva a despertar
en la realidad de mis sueños.

Despidiendo al pequeño Miky. (Poemas ineditos de Charlotte White a Jaqueline Kennedy)

Me acostumbré demasiado
a tenerte cerca,
te leía a Po, y a Bokowski
mientras cocinaba,
o te tarareaba a Baker,
o a Morente.

Roías las rejas de tu jaula,
y nadie te llevó una lima escondida,
en una barra de pan.

Bebías pequeños tragos
de agua, comías frutos secos
y hojas de lechuga.

Ocupabas un pequeño
lugar en la cocina,
pero estabas muy presente
en nosotras.

Eras el pequeño Miky,
ahora Charlotte tiene razón
y ganan las chicas por goleada,
te fuiste,
apareciste una mañana quieto,
muy quieto, en un pequeño lecho
que tú mismo fabricaste,
imagino; porque adivinaste
que la muerte venía, al sentirte
en la cara un tumor de abandono.