Estepa y poema.

Hay un lobo hambriento
en cada uno de mis dedos,
tiembla el papel blanco
como el cordero indefenso,
cuando me abalanzo
con dientes de verso.

Diversiones al borde de lo inusual.

Nada, no es nada.
A penas ocurren,
y es mejor dejarlo.

Garabatos de sangre
en vasos de vino tinto,
solo el ciego los advierte.

Dibujos en medio
de tu cuerpo, exiliado
a la nada.

Divisiones en la comunicación,
errores en el habla.

Carreras sin meta,
desfondado y sin lengua.

Espumas tóxicas,
me centro en nada
y me olvido
hasta de lo exiguo.

Es complicado
entenderme a mi mismo,
aún suenan cencerros
en lo alto de mi cabeza.

ora arriba, ora abajo,
desde pequeño estoy
en una montaña rusa.

Corriendo montaña abajo.

La pongo sobre mis rodillas
y le doy unos azotes.

Le pongo un collar
y la paseo a cuatro
patas por casa.

Le ordeno
y cumple.

Ella es mía
y sus intenciones
son libres.

Ella es mi esclava.

Así es mi vida,
en ese extraño camino
hacia la muerte.

Soleado día de otoño.

Como un pez que mira
a través del cristal.

Estoy encerrado en mi vida
y ya no me ahogo.

Es el peor de los males,
acostumbrarte al sufrimiento,
ser parte de su existencia,
nadar en sangre ácida,
acostumbrarte y revolcarte.

Germen entrañable.

Germino en ti,
pequeño brote
verde,
salido de un cuerpo
marrón y duro.

Germino en ti
como la lenteja
en vaso con algodón
mojado en agua.

Mi brote, serpentea
por tu cuerpo,
husmeando,
atravesando las paredes
de tu vagina,
acariciando tu garganta.

Llegando a tu cabo de esperanza.

Me gusta y lo sabes,
saciarme y besarte
con mi aliento cervecero,
con mi alma enrobinada,
y mi corazón chepado.

Recuerda que me llevas dentro,
como la lenteja que al germinar
ha dejado escapar su germen,
un veneno de pústula
que sacia en tu hígado,
su necesidad de cerveza.


Eres un vaso,
yo una lenteja,
tu vagina es un algodón
empapado,
lugar donde en algún caso,
me observo y me gusto abandonado.

Grabando encima de éxitos, me pirateo a mi mismo.

Aunque lo escribo y lo digo,
parece que se me pierde
entre medio de los hastíos,
y crece como una mata
de nervios en medio
de la tierra baldía.

Tengo una pena tan grande
que a veces, en ocasiones,
se disfraza de conjetura
y me lanza a la calle,
como un casete re-grabado,
con temas
que ya no quería escuchar.

Aunque lo escribo y lo digo,
es como un bucle que me repito
para no olvidarlo y llevarlo dentro:

Resucitaré del papel
y mi palabra será un hecho.

Desnudo en la palabra, cuando la misma es vida.

Lo simple, lo menos complicado
lo más triste, lo más pequeño,
la tragedia ordinaria,
la pena del día,
la sonrisa, el pecho oxigenado,
el sexo intenso y aullado.

Esperar a que te recojan en coche,
o a tomar el autobús,
o ir caminando hasta el bar,
así en estas tesituras
de engranaje fácil,
como una rueda cuesta abajo,
sin saber destino,
es como vivo,
dejándome caer
penando por todo,
sonriendo por nada,
como la balada
que al final es una tonada
de esperanza a la que nadie
pide nada.

Sed de vino cuando tan solo hay agua.

Todo vacío,
sin nada.

No hay existencia,
no existes tal y como piensas,
tan solo en lo que proyectas,
y sólo tiene forma lo que imaginas.

Todo se vierte,
como de la jarra al vaso,
para ir hacia la  boca
y saciarte.

Vacío y vertido.
eso es nada,
por eso estamos.

Solo que en ocasiones
se nos rompe el vaso,
y todo se desparrama.

Lluvias de llaves.

Barajo en mi vida,
el consciente que me aprisiona.

No somos de este mundo,
los que sufren son héroes
y pasan ocultos.

Flirteo con las palabras
y riego mi percepción
con penas de otros.

Me emborracho,
me junto con putas
y drogatas, bebo
demasiado, a veces,
meto la pata.

Te fabrico una lluvia
y luego te orino los sueños.

No olvides que todo es un juego,
algún día me arrastraras del pelo,
y esto que ahora escribo, no será
más que un extraño objeto
sin filo.

no olvides, no olvides...
esto es un te amo.

Alas de signo

Hoy me senté en el parque
que hay junto a la avenida
grande de dónde vivo.

Hacía sol y estaba tranquilo,
esperaba a que llegase el autobús,
me gustan los autobuses.

Subí, había una mujer con un niño
y un viejo con un cartón, escondido,
de vino.

y entre ellos, sentado, estaba yo.

Si alguna vez no vi un paréntesis
de mi vida, jamás lo tuve tan claro.

Lecciones absurdas,
de tiempo,
más,
espacio.

Entre la inocencia,
y la vejez solitaria,
anida siempre alguien
que camina más herido,
que un gorrión
al que han disparado,
con años.

Eructando en el filo de cama.

Me gusta leer a Kenneth Rexroth
a solas, mientras la gente
conduce y pasa desapercibida
en medio unos de otros.

Me siento aportado y me exporta
a todos esos corazones tibios
y ahumados de soledad .

La sensación es como un latido
trasformado en coz;
y es que hay poemas,
que llegan al alma y trasforman
tu cuerpo en un animal,
que muerde el mundo a su antojo.

En un día cualquiera, parece que todo no fluye y por fin viene por donde deseas.

Rasgo a penas
tus huesos,
y no empato
con tus besos.

Sin ruidos en medio de la noche.

Y me sorprende
la redención,
mientras bebo whisky
en los bares,
y me consulto
al filo de los recuerdos:
¿Por qué me lanza
así de violento
a la vida, que tan
apaciguada y disfrazada
camina por los temporales
de mi subconsciente?

Y la redención,
ramera, se alienta,
sonríe de medio lado
y me deja.

Paredes de espuma.

Tengo cambiados los conceptos,
jamás he tenido mitos,
siempre fui de admirar mucho,
pero sabiendo que son tan mortales
como yo.

La diferencia existente entre lo conocido
y lo desconocido, es la capacidad
de trabajo.

Tengo cambiados los conceptos,
lo decidí hace tiempo,
todos tenemos un culo,
a todos nos gusta algo
similar o parecido.

Por eso no se me caen mitos,
si acaso se me rompen jarrones,
o se me muere entre mis manos,
un mirlo.

Mitades y medios, drogas y serotonina

A media noche,
tus medias,
las quitamos
juntos con cuidado,
tú una,
yo otra,
nos besamos,
tu llegabas a la mitad,
yo a la otra.

Comes de un lado del plato,
yo del otro.

Te sientas a mi lado,
y yo al tuyo.

Me abrazas y yo sin rodeos,
te paso el brazo por los hombros.

Recuestas tu cabeza en mi pecho,
reposo mi cabeza en tu cabeza.

En la cama duermes en un lado,
yo del otro.

Las noches ahora son la mitad
contigo.

Naciste sin mi,
y no te hace falta nadie,
pero nos encontramos
mientras tú llorabas,
y yo me auto-destruía,
y como enteros,
cada uno por su lado
llegamos a la mitad
de un todo compartido,
a medias, sin ser naranjas,
tan solo caminantes
del mundo ruidoso,
nos vemos de vez en cuando
y sonreímos.

Mi vida a tus pies.

Hagamos un pacto,
tú te descalzas,
y yo me bajo la bragueta.

tú mueves los pies,
sacudes tus deditos,
esos que tan cachondo
me ponen,
mientras saco mi polla
y subo y bajo con mi mano
hasta que se ponga dura.

Tú pones los pies
encima de la mesa,
yo me masturbo,
notarás mi aliento,
mi gruñido indeciso.

Entonces me correré
en tus pies...
y al tiempo,
mirame a los ojos,
a la vez que mi semen
cae sobre tus dedos
resbalando hasta tus tobillos.

Hagamos un pacto.

Esto sólo lo hago contigo,
después, besaré tu boca
mordiendo al retirarme
tu labio de abajo.

Me iré al bar,
cerraré la puerta
despacio,
andarás pisando
esa vida, que en tus pies,
en esos momentos:
anida.

Títulos desechados

Liado, en las calles,
llevo en la mano
cuando ella no está
un escozor satisfactorio.

Bebo con esa mano,
me la sujeto cuando meo
con esa mano,
la huelo,

Son los restos de su aroma,
es la erosión, de su piel,
en mi piel.

Mientras ella duerme,
yo malgasto el tiempo
desparramandome
en la noche
como un gato cojo,
como un lobo solo.

Borracho y socarrón,
llevo su amor en la mano
como si fueran las diez
de la mañana de un soleado
y melancólico miércoles
cualquiera,
sin darme cuenta en verdad,
que es un regalo al dolor,
una cura a mi estancia.

Besando discursos,regando margaritas donde la noche mata crisantemos y el odio es una maleta que nadie coge por miedo a ser honrado

Ella imagina que la escucho
cuando habla y se expresa,
piensa que sus palabras,
las que dice,
son atendidas;

Pero desconoces que trepo
por ellas hacia donde el entendimiento
se pierde.

No me gustó atender nunca,
ni escuchar a nadie,
siempre preferí atravesar
la cascada que la boca suelta
para enredarme como una mosca
atrapada en las palabras,
como si la telaraña
me entretejiera
en  un entretenimiento
que me empapa...

Viajo en sus discursos
donde el sentido
no tiene excusa,
justo cuando espera que la arrastre,
con un mordisco en sus labios,
suelto un:
Me tienes loco...
calla y deja que mi lengua
entienda el palatino de tus razones,
olvida lo que dices,
comprende el silencio
que envuelve tu discurso.

Entonces, erase una vez
en un país cercano:

Que muerdo su cielo,
arranco su corazón,
violo su espacio,
y me susurra:

Eres adictivo,
cabrón hijoputa,
y mi saliva en su boca
brota hacia ella
como tibio esperma.

Cuando quiera, será.

Ahora o nunca
Ahora o nunca
Ahora o nunca.

Hoy o mañana
Hoy o mañana
Hoy o mañana

Así es la debacle
de mi existencia.

Vida,muerte.

Paralelismos infinitos
en su unidad,
tan cercanos
en mi vida.

Luna, sol.
Noche, día.

Puedo seguir siglos,
pero tan solo tardarías
un minuto en leerlos.

Recibos, impagos, luz, gas, pena y olvido.

He descubierto un vals:
una flor extraña
que habita en las montañas.

En la ciudad, en los bares
la cerveza es como un río
y su espuma son los besos.

Ya no entro en los baños,
a dibujar carreteras en la piel
de mi cartera.

Ahora únicamente
me emborracho
como un viejo parado,
sin pensión.

Oh mon dieu!!
Oh my goodness!!
Joder, hostia puta!!!

cuando el bolsillo
se vacía se alejan
esos amigos.

A penas salgo,
escribo mucho, en casa,
donde bebo
whisky sólo
y disparo con mis versos
al puente, al cuerpo, al vicio y al árbol.

Huelo esa flor extraña y saco el pico
del mirlo, que ebrio y cachondo
busca en la noche a la muricielaga
despistada, o al acordeón dormido.

Flor en la montaña, que extraña
eres cuando escribo,
que raro es todo cuando escribo,
que distante es todo cuando escribo,
que amargo se vuelve todo cuando escribo,
que feroz se vuelve mi corazón cuando escribo,
que atroz es mi alma, que desdenes fabrica conmigo,
que asco me da todo cuando escribo...

Y cuando no lo hago,
no siento nada,
no digo nada, no escucho nada.
Muero y comunico como el teléfono
de todos los que murieron.

Definiciones inexactas y precisas.

Mujer fuerte,
esa que te mira,
sabiendo que tiene pupilas entre
las piernas
y
un coño en cada ojo.

No enferma, solo vive y muere.
No se rinde.
No queda quieta, aún parada.
No es superior, es igual a ti.
Vive junto a ti, nunca delante
y
mucho menos
detrás.

todo lo dice, para ser atendida,
aunque calle, te escribe con su cuerpo,
en tus intenciones de macho alfa,
sabiendo que alfa es auto-definición de:

Hombre que llora,
Hombre que salta,
Hombre que se columpia,
Hombre solitario,
Hombre niño,
Hombre criajo,
Hombre que la cubre,
Hombre que respeta,
Hombre que levanta la mano
tan solo para acariciar su pelo,
Hombre reloj, que cuenta el tiempo
hasta que ambos se encuentran.


Mujer fuerte,
esa que te mira,
sabiendo que tiene pupilas entre
las piernas
y
un coño en cada ojo.


Siendo alumno de último pupitre

Ella hace lo que digo.
Es sumisa y rebelde,
me gusta llevar el mando
y presionarlo para que vibre
el masturbador que lleva
dentro de su vagina.

Se emborracha y anda
haciendo L.

Me llama por mi nombre,
poniendo su boca en forma de O

Se corre y cuando lo hace
pone sus piernas en forma de V

Desayunamos tequila y me besa
metiendo su lengua en mi boca
y sus labios con su lengua
los pone en forma de E.

Es la extraña manera que tengo
de aprender otras lenguas,
de ahí que lamer su clítoris
mientras meto mis dedos
dentro de ella, sea la mejor
manera de aprender lenguas
muertas.

A voces peladas, a gritos vomitados.

Nombrarte en mi soledad,
es blasfemar contra el odio
que me tengo.

Nombrarte en mi soledad,
es encender en la oscuridad
un flexo.

Nombrarte en mi soledad,
es recibirte  en la distancia,
mantenerme ileso.

Nombrarte en mi soledad,
es rasgarme con un punzón.
desnudarme y tocar mi sexo,
masturbarme y eyacular,
mientras me envuelvo la polla
con tus besos.