Cremalleras de fuego (El reencuentro con Frank el Tuerto)

Sabes Frank?- le dije al tuerto.

Cuando estoy por ahí caminando,
fingiendo ser lo que no soy,
a veces se me abren las carnes
como si fueran cremalleras
de fuego.

Aha...- asintió Frank.

Es como si todo lo que veo
fuera mío, imagino que la propiedad
es algo que no pertenece al hombre,
se deja deslizar por entre nuestra vida
colándose hasta empapar el alma
de codicia...

Aha...- volvió a asentir el viejo tuerto.

Me resuelta extraño no ser quien soy
Sabes Frank...-

Aha...- volvió a repetir Frank.

Que pasa viejo tuerto...
no vas a decirme nada más que:
Aha!! en toda la noche?.

Cooper como llegaste a la taberna hoy?

Siguiendo el humo Frank,
Siguiendo el humo....
Por?- pregunté

Sigue el humo Cooper,
no es más que el reflejo
del alma en vida
y lo que consume
el cuerpo.
Sea lo que sea
ardemos para vivir,
somos materia humeante...
de lo demás deja
que tu propia consciencia
haga su trabajo de noche
doliente.

Por cierto Cooper...
bienvenido de nuevo
te echaba de menos.- me dijo el tuerto

Y Coralmazón?- no está?- pregunté.

Ahora que ya has llegado,
no creo que tarde
en dejarse caer...
no somos nada ninguno
de los tres,
sin los tres mismos.

Frank abrió una botella
de hada morada...
puso tres vasos encima
de la barra...
sirvió dos,
y esperamos a Coralmazón.

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