El poeta

Entraba en locales
cutres de rock,
haciendo gala
de su ruina
y de su maldita
autoestima...
bebía en vasos
de mini
que compartía
con todo el mundo.
miraba fijamente
a las chicas
que le invitaban,
se lo agradecía
con una caricia
en la mejilla
un beso en la frente
y un guiño a su
alma con una palabra
maldita.

Era el encantador
de las masas
con encanto.
el poeta maldito
que cuando entraba
por la puerta
todos llamaban
para que les versara
con bestialidad
sus semejantes almas
de baba.

El pagaba con delicadezas
de genio incomprendido,
todos los favores que le daban.
empapelaba la ciudad con poemas
cuando llegaba la primavera
y libaba vino tinto
en los poemas que otros le daban.

Era un gigantón de nudillo
fácil y pena encorvada.

Cierto día el poeta
envió sus poemas a una
editorial pequeña
y le publicaron.
sus libros tenían
el valor
que los ceros
el no conocía.
A los meses
y espiado por una
gran editorial, se fue
hasta la gran ciudad
para entrevistarse
con los grandes.

Pasados unos años
el poeta ya no se afligía
por su maldita pena encorvada
conducía un descapotable
y cuando llegaba
la primavera
lo único
que empapelaba,
era con sus autógrafos
su alegría negra.

ora mira la hora
en maquinaria suiza
y cuando llega
a los restaurantes
mira de lado
al maestre sala,
pues como no tenga
mesa....

1 comentario:

  1. Espero que si a servidor le llega el día de conducir descapotable y mirar la hora en maquinaria suiza, no deje de escribir ni se permita manchar su Alma de egocentrismo y alevosía pues nos privaría de tan magnífica poesía.........
    Un beso.
    Mimí.

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